El crecimiento de la empresa de renovables nacida en 2011 como ‘spin off’ de la UGR ha sido vertiginoso: hoy tienen 500 empleados y están en siete países

Las placas fotovoltaicas proliferan hoy como setas en edificios de viviendas y empresas, pero hace apenas once años a los fundadores de Greening Group -la compañía granadina líder en autoconsumo industrial fotovoltaico- les ponían caras raras cuando juraban y perjuraban que el futuro de las empresas era generar energía verde en sus propios tejados.

No fue fácil ser de los primeros en iniciar la carrera pero cuando empezó el boom en el sector de las renovables, los granadinos ya llevaban ventaja y su ritmo desde entonces ha sido imparable. A día de hoy, Greening Group no solo está en el top tres de el sector de las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo para empresas en España e Italia, sino que es líder en Méjico y prepara su salida a Bolsa para captar capital con el que acelerar su ambicioso plan de expansión internacional.

La historia de éxito de esta empresa empieza cuando dos amigos ingenieros granadinos que habían hecho la carrera juntos, Ignacio Salcedo, natural de Jerez del Marquesado y Antonio Palacios, de Ventorros de San José (una pequeña pedanía de Loja) deciden montar su propia empresa nada más salir de la Escuela de Caminos de la UGR.

Habían dedicado su proyecto fin de carrera al desarrollo de soluciones de ingeniería para aplicar las energías renovables a los bombeos de agua y estaban convencidos de que sus ideas podían saltar del papel a la vida real. Así, en 2011, en lo más profundo de la anterior crisis económica, montaban Greening Group, como una ‘spin off’ de la Universidad de Granada y tres mil euros de inversión.

«No sabíamos ni qué era una factura, ni el IVA, ni lo que era una compañía», recuerdan entre risas Ignacio Salcedo, el actual presidente de Greening y Manuel Mateos, vicepresidente, tercer socio que se sumó al proyecto y orgulloso vecino de Ventorros de San José como su primo Antonio Palacios, que ahora dirige el negocio de Greening en México.

Como tantas otras empresas que se aferraron al flotador de la internacionalización en plena crisis, en Greening vieron claro que había que salir a vender fuera de España. En 2013 empezaron por Marruecos y abrieron una oficina en Rabat. «Lo primero que dije cuando llegamos fue, ¿alguien ha pensado que esta gente habla francés y en la empresa solo sabemos inglés?», recuerda Ignacio divertido. Reconoce que en Marruecos se cayeron con todo el equipo -no iban a triunfar a la primera- pero el tropezón les hizo levantarse con más fuerza. «Aprendimos lo difícil que es internacionalizarse pero a la vez lo bueno que es para la empresa«, subraya.

IFFCO

Para las siguientes aventuras ya iban bien preparados, en cada país el aterrizaje salía aún mejor que en el anterior y en los últimos cinco años el crecimiento internacional de la compañía ha sido frenético. Hoy están presentes en seis países de tres continentes: Europa, América y África.

Cuentan con oficinas en Madrid, Barcelona, Sevilla, Roma, Milán, Ciudad de México, Monterrey, Rabat, Düsseldorf y Miami, además de la sede central de la empresa, en el polígono El Florío, donde diseñan las soluciones de energías renovables y eficiencia energética que venden al mundo.

Los granadinos se han hecho muy fuertes en el sector del autoconsumo industrial, pero además se han convertido en una empresa «verticalmente integrada» que diseña proyectos para empresas, genera su propia energía en parques y la comercializa a través de Lidera, una empresa que les sonará a los aficionados al deporte como patrocinadora de los principales equipos de la ciudad.

Soñadores a lo grande

A día de hoy, Grupo Greening está configurado por siete compañías y suma 500 profesionales, de los que 350 trabajan en la sede de Granada. «El 80% son egresados de la UGR, ingenieros, arquitectos, químicos…», explica el presidente. El objetivo es acercarse este año a una plantilla de mil personas.

Unas cifras astronómicas para una empresa que ha ido triplicando su facturación en los últimos años. En 2021 facturaban 18 millones, en 2022 fueron sesenta y las perspectivas para este 2023 es superar los cien millones de facturación y convertirse en la empresa andaluza cotizada más importante.

Siempre soñaron a lo grande y supieron que la innovación, la sostenibilidad y la internacionalización les iban a llevar lejos. «Queríamos ser relevantes en el sector de las energías renovables y ahora el sueño de ser líderes en Europa en autoconsumo fotovoltaico está al alcance de la mano. Éso es lo que nos mueve y nos hace levantarnos cada mañana para matarnos, el equipo está enganchado al reto», concluyen ilusionados.

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