Los residuos que generamos a diario pueden convertirse en energía limpia para hogares, industrias y transporte gracias al biogás y al biometano.
Aunque suene futurista, el biogás y su versión purificada, el biometano, ya son una realidad. Esta tecnología permite convertir los residuos que generamos a diario en energía para hogares, industrias o transporte, cambiando la manera en que concebimos tanto la energía como la gestión de los desechos.

España: un país con un enorme potencial desaprovechado
En nuestro país se generan cada año millones de toneladas de residuos orgánicos procedentes de la agricultura, la ganadería y los entornos urbanos. Sin embargo, la mayor parte de estos residuos no se aprovecha, y terminan emitiendo gases contaminantes o acumulándose en vertederos.
Al mismo tiempo, España depende en gran medida de la importación de combustibles fósiles, con el consecuente impacto económico y ambiental. En un contexto donde reducir las emisiones de efecto invernadero es una prioridad, el biogás y el biometano emergen como alternativas estratégicas y sostenibles.
De hecho, según la asociación Sedigas, España cuenta con un potencial de producción de hasta 163 TWh al año de biometano, lo que permitiría cubrir aproximadamente el 45 % de la demanda nacional de gas natural.
Por ejemplo, para explotar plenamente este potencial se estima que se necesitarían aproximadamente 40.500 millones de euros de inversión.
Pese a ello, la producción real actualmente es muy baja, apenas una fracción del potencial estimado.
Energía local, renovable y circular
La transición energética requiere soluciones que produzcan energía local, renovable y circular. El biogás cumple todos esos principios: permite convertir los residuos en valor, reducir la dependencia energética del exterior, crear empleo en zonas rurales y contribuir a la descarbonización de la economía.
Los residuos orgánicos, agrícolas, ganaderos o urbanos, se someten a un proceso llamado digestión anaerobia, en el que microorganismos descomponen la materia orgánica sin oxígeno, generando biogás. Este gas puede usarse directamente para producir calor o electricidad, o puede purificarse (transformándose en biometano) para inyección en la red de gas, o para uso en transporte o industria.
Además, el proceso genera digestato, un subproducto aprovechable como fertilizante natural, lo que cierra el ciclo de la economía circular y reduce la necesidad de fertilizantes químicos.
Beneficios estratégicos adicionales
El uso del biogás/biometano tiene un impacto directo en sostenibilidad y en el territorio:
- Reducción de emisiones: tanto de CO₂ como de metano, este último con un potencial de calentamiento global mucho mayor. Por ejemplo, se estima que con solo el 30 % del potencial de producción de biometano se podría descarbonizar gran parte del parque de viviendas españolas.
- Ahorro en importaciones energéticas: Con 163 TWh al año de producción se podrían ahorrar miles de millones de euros en gas natural importado.
- Empleo y dinamismo rural: El desarrollo del biometano podría generar más de 20.000 empleos directos y 40.000 indirectos, según Sedigas.
- Compatibilidad con infraestructura existente: El biometano puede inyectarse en la red de gas natural existente y emplearse en sectores clave como transporte pesado, industria o calefacción.
Beneficios ambientales, económicos y estructurales
El biogás y el biometano no son promesas lejanas: son una oportunidad real y tangible para transformar la forma en que producimos y consumimos energía en España. Apostar por esta tecnología es apostar por una energía más limpia, más local y más inteligente.
En Greening creemos en un modelo energético que une innovación, sostenibilidad y desarrollo local, donde lo que hoy llamamos residuo… puede convertirse en la energía del mañana.